Llegó el verano y la época de vacaciones. Muchos están preparando las valijas para emprender viajes en distintos puntos de la región. Romina nos acerca algunas propuestas para quienes transitan por la Ruta Nacional 23 y deciden detenerse en Valcheta.
Este lugar, bautizado por sus vecinos como el oasis de la región sur, es una comunidad que toma impulso gracias al aporte de sus vecinos. “Sentimos un sentido de pertenencia muy fuerte que se fortalece día a día gracias a los lazos que construímos entre todos”, dice Rial que lidera el espacio “En Escena, Valcheta”
Valcheta se convierte cada temporada de verano en un centro receptivo de visitantes, ya que los amantes de este tipo de actividad, aún vacacionando en balneario Las Grutas, a tan solo 130 km, hacen su visita para descubrir los productos y servicios turísticos que ofrece este pueblo, que apuesta cada vez más al turismo.
Romina es museóloga, comunicadora social y está concluyendo una maestría en políticas públicas y gobierno. Actualmente es responsable del museo provincial “Maria Ines Koop”, una institución de carácter pluridisciplinario donde se trabaja la paleontología, la arqueología y la historia. “Acá somos custodios del enorme patrimonio de la localidad. Estamos al servicio de la historia, el turismo y la actividad productiva de la región«, comenta a «Río Negro».
El bosque petrificado de Valcheta data de 65 millones de años y en él se pueden observar diferentes coníferas del terciario superior, algunas de las cuales alcanzan los 30 metros de longitud.
«Muchas veces, vemos que los rionegrinos viajan al sur de nuestra Patagonia exclusivamente para conocer los bosques petrificados de Chubut y de Santa Cruz. Sin embargo, acá en Valcheta tenemos puesto en valor el más septentrional de la región», afirma Romina.
Hoy este sitio es sin dudas el más visitado estadísticamente de la región y el mejor acondicionado para recibir visitas de todo el país.
Hay diversos tipos de troncos petrificados que se pueden ver. Algunos de ellos llegan a medir más de 30 metros y muchos se conservan de forma vertical. El área del bosque petrificado se puede recorrer a pie o a través de un sistema de senderos para bicicletas.
Museo Provincial «María Ines Koop»
Por la diversidad de sus exposiciones es que el Museo de la localidad es considerado de carácter pluridisciplinario. Las instalaciones cuentan con un gran acervo del orden geológico dónde se exponen gran cantidad de minerales de todo el país, industriales y metalíferos.
Además ofrece una gran variedad de exposiciones paleontológicas: cuenta con piezas muy preciadas como huevos y huesos de dinosaurios del periodo cretácico, fósiles marinos e improntas de plantas.
En el orden arqueológico, el museo expone restos de elementos e instrumentos que fueron utilizados por pueblos originarios. Además cuenta con elementos de los primeros inmigrantes llegados a la localidad, con piezas de más de 100 años de antigüedad.
El museo fue ideado y gestado por la madre de Romina, tal es así, que hoy lleva su nombre. “De alguna forma me siento responsable de continuar con su legado. El pueblo, gracias a su iniciativa hoy tiene un lugar donde retratar su historia y a su gente. Es innumerable la cantidad de personas que han pasado por el museo y a mi me emociona aportar un granito de arena para mostrarles nuestra esencia comunitaria. Mostrarles lo que somos”.
La Meseta de Somuncura
Romina advierte que para conocer este inmenso espacio, es necesario asesorarse muy bien en las oficinas de informes turísticos al ingresar al pueblo. «Ellos van a indicarles de qué manera se puede acceder y hasta dónde hacerlo».
Diferentes excursiones y travesías permiten a los visitantes acercarse a los misterios entre grietas, cráteres y cañadones.
El acceso a la meseta es difícil por las propias características de la geografía y el clima (que en algunas épocas del año suele ser extremo) y solo puede hacerse en vehículos 4×4 y con la ayuda de guías especializados o baqueanos que viven en la zona.
Se pueden realizar caminatas, paseos a caballo, safaris fotográficos y avistaje de aves además de vivir la cultura local. Los visitantes pueden alojarse en estancias y casas de familia, y disfrutar de la hospitalidad y la gastronomía local.
