Perón, Valcheta y la Campaña al Desierto. ¿Vivió el general oculto en una chacra de Chanquín?


l entonces mayor del Ejército, Juan Domingo Perón, en un enjundioso opúsculo editado por la Escuela Superior de Guerra expresa pormenores y datos relacionados con la Campaña al Desierto comandada por Juan Manuel Rosas en el año 1833 y nombra al paraje de Valcheta.

En el mismo escribe que “Rosas realiza su proyectada expedición y el plan de operaciones quedó concretado a lo siguiente:

“Se organizaron tres Divisiones Argentinas. La División Izquierda, al mando de Rosas, debía operar en la provincia de Buenos Aires, a lo largo del río Colorado y Negro hasta el río Neuquén, asegurando así la línea del río Negro.

“La del Centro, al mando del general Huidobro, debía avanzar sobre la Gobernación de La Pampa y la División Derecha, al mando del general Félix Aldao, tenía por misión operar en la Región Andina, pasar por el Diamante, Atuel y continuar hasta el río Neuquén, para unirse con Rosas”.

“Rosas preparó con toda meticulosidad su división, dando toda la importancia que correspondía a los elementos de movilidad, agregando al comando de la expedición algunos técnicos, ingenieros, médicos y astrónomos”.

Y señala Perón que la expedición tuvo dos finalidades: una de carácter militar y la otra científica, entre los que se destacaron el agrimensor Feliciano Chiclana y Nicolás Descalzi. Este último, entre otros títulos astrónomo, tuvo la virtud de remontar el curso del río Negro y sendas calles lo recuerdan en la localidad de Valcheta, igualmente que una placa al Brigadier General Juan Manuel de Rosas – héroe del Desierto, impuesta por la gestión peronista del entonces intendente Manuel Marileo 1973-1975.

El sargento mayor Leandro Ibáñez –cita el opúsculo laudatorio de Perón- inició la marcha el 12 de septiembre con 50 hombres y 100 indios pampas (dato este no muy conocido por los historiadores), con la orden de pasar al Sur de Río Negro y recorrer el campo en un trayecto de 100 leguas”.

“Después de varios días de penosa travesía llegó al río Valcheta, sorprendiendo y destruyendo a la tribu del cacique Cayupán”.

“Después de recorrer gran parte del territorio al Oeste del río Valcheta regresó el 5 de octubre al Cuartel General”.

Este dato es algo incierto, dado que José María Rosa en su “Historia de la Confederación Argentina” cita ese mismo día como el de la batalla donde la tribu de Cayupán fue doblegada pero logrando el cacique huir con algunos “indios de pelea”, hasta que fue apresado y sometido.

Cayupán, a pesar de su nombre mapuche que significa “seis pumas” era tehuelche de la familia Cual, linaje destacado en la Patagonia.

Finaliza Perón escribiendo que “a principios de 1834, Rosas regresó con su división a Napostá, dejando guarniciones en la isla de Choele-Choel, en el Cuartel General del Colorado y en la margen Norte del río Negro”.

Es importante destacar la visión que tenía el entonces mayor Juan Perón con respecto a la misión de Rosas y sobre la finalidad de la Campaña al Desierto.

Dice al respecto que “en 1833, las vastas y ricas regiones al Sud de la línea Río Salado –Laguna Amarga (desembocadura del río Chiquito)- Río Diamante estaban bajo el dominio de los indios

Ancaes, puelches, pehuenches y otros, quienes frecuentemente asaltaban, robaban y asesinaban a las pequeñas poblaciones fronterizas”.

“Por esas razones Rosas presentó su primer plan, que ambicionaba desde 1821, la conquista de las ricas regiones del Sud de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Mendoza”.

Dichas observaciones casi desconocidas figuran en el anexo de la “Memoria Geográfica Sintética del Territorio Nacional del Neuquén. Año 1934.

Es ya más conocida su “Toponimia Araucana” donde recoge voces mapuches y que fuera reeditada hace muy pocos años. También el contacto que tuvo con caciques de la tribu de Coliqueo y algunos tehuelches de Santa Cruz, donde su padre pobló campos y se sintió dolorido por su situación de indigencia.

Sí se sabe que tanto Rosas como Perón tenían conocimiento del paraje del río Balchitas, tal es así que Rosas designa a su bufón Eusebio de la Santa Federación como “Obispo excelentísimo y reverendísimo de las Balchitas”.

Un dato de recopilación oral de imposible comprobación afirmaría que el entonces Coronel Perón, después de su paso por la Embajada Argentina en la República de Chile, enredado en un caso de espionaje, habría pasado algunos meses en una chacra del paraje Chanquín a 35 kilómetros de Valcheta.

JORGE CASTAÑEDA

ESCRITOR VALCHETA

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