Para ver el eclipse nada mejor que Valcheta. Será uno de los cuatro lugares privilegiados


Según Luis Melnik, la palabra eclipse deriva del griego ekleipsis, significando “que no aparece”; “que no está allí”.

“Ocurren eclipses  observables en alguna parte del mundo cada 18 meses. En Ur de los caldeos, antigua ciudad de Sumeria, en la Mesopotamia sobre el río Éufrates, han quedado registros en tabletas de arcilla de un eclipse en el 2000 a. de C.”

“En el 648 a. de C. un poema griego dice: “Zeus hizo la noche en medio del día escondiendo el sol tras la luna”.

“En el 498 de nuestra era, en la India, el astrónomo Aryabhata describe las reglas matemáticas para calcular los eclipses”.

“En Bizancio en el 968, el diácono Leo hace la primera descripción de la corona y en el 1061 en Bagdad, Ibn al-Jawz escribe sobre un eclipse y la extraña reacción de los pájaros”.

“Los misioneros jesuitas enseñan a los chinos en el 1600 a usar los eclipses para calcular la longitud”.

“Los eclipses –escribe Melnik- eran considerados por griegos y romanos como malas señales y los romanos nunca realizaban reuniones públicas durante un eclipse”.

“Algunas antiguas mitologías aseguraban que el sol o la luna eran devorados por algún monstruo y tratando de vitarlo retumbaban tambores y otras percusiones”. El escritor Jorge Walterio Ábalos en su ameno libro “Shunco”  cuenta una historia similar cuando era maestro en Santiago del Estero.

“Para los chinos, lapones y persas, el monstruo era un dragón. Para los antiguos habitantes de México, el eclipse era el resultado de la lucha entre la luna y el sol”.

“En el siglo VI a. de C. el filósofo Pitágoras afirmó que la tierra era una esfera, aunque la supuso el centro del universo. Esta afirmación fue apoyada por Aristóteles cuando afirmó la redondez de la tierra simplemente por la sombra que proyectaba sobre la luna en los eclipses: una observación tan clara como la luz”.

Recordemos que para mapuches y tehuelches las observaciones que hacían al cielo  les servían  sobre todo para realizar sus tareas agrícolas y rituales. Y en su cosmovisión dan una importancia superlativa como todos los pueblos antiguos a Antün y Küyen.

El naturalista francés Claudio Gay relata que durante un eclipse solar los mapuches lanzaron piedras al sol mientras éste se escondía detrás de la luna. Puede deberse seguramente al miedo atávico que los seres humanos tienen a la oscuridad.

Antün, para los mapuches es el marcador del tiempo y en torno a sus movimientos organizan sus actividades.

En lengua mapuche, eclipse de sol es Lai Antün, literalmente, la muerte del sol.

Se puede decir que Valcheta será uno de los cuatro lugares privilegiados para observar el eclipse total de sol del corriente año 2020 y para ese acontecimiento se están preparando, según informó la intendente municipal Dra. Yamila Direne.

El Monumento Natural Bosque Petrificado será uno de los lugares emblemáticos para la observación del mismo que permitirá atraer la presencia de científicos, turistas y aficionados de diversas partes del mundo.

Un viejo romance de autor anónimo glosé de esta forma: “Los aires andan contrarios/ el sol eclipse hacía/ la luna perdió su lumbre y el sol no parecía/ cuando el triste rey don Juan/ en la su cama yacía”.

En este eclipse seguramente todos los caminos conducirán a Valcheta y las miradas estarán puestas en su cielo.

 

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

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