Cada día más las calles y bulevares de Valcheta están hermoseadas con tallas y esculturas, por eso no es raro encontrarse con troncos secos de árboles esculpidos a motosierra, viejas maquinarias de la colonia agrícola, un cóndor en pleno vuelo, juegos aeróbicos al aire libre, fuentes remozadas, carteles iluminados con poemas al arroyo, norias en pleno funcionamiento en los canales, una plazoleta en homenaje a César Paileman, combatiente de Malvinas y en un lugar muy especial, ¡Oh sorpresa!, un guanaco que representa de alguna forma a la fauna originaria de nuestra Patagonia.
Se trata de una estatua revestida de pórfido granítico tan profuso en todo el departamento de Valcheta.
Así el pueblo se va ornamentando para acoger al turista y a los vecinos con atractivos que de alguna forma cuentan visualmente la historia del pueblo. Es así que cada máquina agrícola de la Colonia pastoril, tiene un cartel explicativo de su uso.
El visitante que ocasionalmente pasa por el lugar podrá también visitar el bosque petrificado que es el más septentrional de la Patagonia en una visita guidada, como también en el parador poder gustar de un refrigerio.
Si desea ilustrarse sobre el pasado de la localidad es visita obligada el Museo Provincial “María Inés Koop” donde la actual museóloga Romina Rial explicará con enjundia cada una de las valiosas piezas que el mismo atesora, como los huevos de dinosaurios, una vieja volanta de la época colonial, y en una remozada sala histórica podrá apreciar los utensilios que hicieron al pasado de esta rica ciudad, llamada con justeza “el oasis de la región sur”.
Podrá descansar a la sombra de sus arboledas, visitar los centros artesanales y también conocer sus parajes aledaños, en uno de los cuales tiene su hábitat restringido la llama “mojarrita desnuda”, especie ictícola única en el mundo.
El Guanaco, lo estará esperando en un bulevar, el cóndor lo saludará y las loradas en vuelo lo recibirán parlanchinas.
Fotografía: Gentileza Salvador Luis Cambarieri