Jorge Escritor – Valcheta
“La lengua enmudeció. Con cada lengua/ calla un mundo. La voz/ de un mundo, una manera de entenderlo, / un ademán, al sol, un saber, un sentir… / Con cada lengua acaso muera un dios, / y cubra ese vacío un gran silencio/ empobreciendo a los hombres”.
Así supo glosar el gran poeta pampeano Edgar Morisoli lo que sucede cuando una cultura se muere.
Quedan, al decir del poeta Elías Chucair, vestigios de su cultura, refiriéndose a los pueblos que poblaron nuestra Patagonia. En sus utensilios líticos, en su tradición oral y en especial en las muestras del arte rupestre. ¿Qué significan esas huellas? ¿Qué quisieron representar? ¿Hablan los petroglifos?
Según un estudio académico “un simple vistazo a las pinturas rupestres de Sierra Apas el elemento ornamental más característico, casi distintivo de la clase, parecen ser las largas tiradas de trazos verticales, de desarrollo horizontal o serpenteante. Debe destacarse la presencia, en ambos casos del símbolo tripartito, que Menghin supone, provisoriamente, originado en la pintura por el estilo de pisadas durante la fase más reciente del estilo de negativos”. Por supuesto se refiere a las las huellas del avestruz.
Y el ensayo medular sobre el yacimiento de Apas expresa más adelante que “Considerando el hecho incontestable de que el pensamiento del cazador se concentró en primer lugar sobre los conceptos de caza y pesca, es muy probable que sea razonable la opinión de que muchos de esos dibujos representen trampas y otros dispositivos para la caza”.
“En el motivo de las sierras Apas el espacio delimitado por la línea llena y la tirada superior de trazos verticales y signos tripartitos representaría un corral o cercado como así rastros de animales, en este caso, guanacos”.
“En medio de una espesa decoración a base de puntiformes y tiradas de trazos verticales, resaltan como embutidos –sin superposición visible- grecas típicas del canon histomorfo”.
Hasta aquí las teorías de los investigadores, pero además de la belleza que ofrecen a la vista de los visitantes, el misterio de la significación mágica de estas pinturas rupestres queda flotando en el aire. Y las preguntas afloran a los observadores: ¿Eran representaciones de magia simpática como las del Altamira, en España, para tener suerte en la caza de animales? ¿Quiénes fueron sus autores? ¿Reprodujeron en los basaltos sus antiguos rituales que hoy su significado se ha perdido en el tiempo? ¿Eran artistas o magos? ¿Por qué elegían lugares tan inaccesibles como sierra Apas?
Los misterios perduran. Los viejos mensajes aún no han sido descifrados, pero están; recónditas, coloridas, simbólicas, en su larga espera de siglos. Nuestro deber como herederos de esa cultura que aludía Edgar Morisoli es preservarlas, porque son una parte muy importante de nuestra cultura.
“Luego todo fue silencio. Luego todo fue sílice, vértice y salitre y una brisa seca. La luna gigante ascendía con rapidez escarchando de grises la meseta rionegrina. Todo se fue diluyendo sobre las simétricas ráfagas de arena que crepitaban sobre el fuego que se extinguía. Se borraron las pinturas, las columnas, los sonidos y todo se fue yendo”.
Foto de las pinturas rupestres de Sierra Apas: Salvador Luis Cambarieri