No, pibe, no me vengas con el fútbol ha evolucionado, con que estos picapiedras que lo único que saben es correr, raspar, golpear maliciosamente, con los tapones, con los codos, las rodillas, o lo que fuera; estos muchachos pueden representar el verdadero fútbol. No, nene, no; fútbol era el de antes, los ’60, los ’70 y, tal vez, hasta parte de los ’80.
¿Sabés lo que fueron Ermindo, Bochini y su endemoniada gambeta, el Beto y su zurda, mezcla de fino guante y estilete. El Rojo de los ’60, el Huracán del flaco Menotti, de los ’70; el Ríver de Angelito, de esa década; el Argentinos del Checho Batista…¿Sabés lo que jugaban esos, pibe?…Maravillas hacían; maravillas, nene. ¿Y el Diego?…El Diego la descosía, nene. Era tan genial, que hasta con la mano le hizo un gol a los ingleses, sin que lo vieran los jueces. Y luego, como corolario, y para que los ingleses se llevaran doble afrenta, les hizo el gol más bello de la historia del fútbol. ¡Qué genio! Y si hablamos del fútbol internacional: ¡¿Sabés lo que fue Pele?!…¡Franz Beckembauer, el mariscal alemán!…¡Johan Cruiff, aquel que más que correr, se deslizaba en la cancha.
Ese que era un manual de cómo se entiende el juego, tocando, armando en toda la cancha: un verdadero director de orquesta de la Naranja Mecánica, que, luego de llenar de fútbol toda la cancha, llegaba a lo más excitante: al gol!
No, no se puede comparar, pibe. Aquellos eran verdaderos artistas de este deporte tan hermoso, Y solo te estoy nombrando algunos, ¿eh? Porque la lista sería larga, interminable…
Siento un poco de nostalgia, nene y esto me lleva inevitablemente a mi pueblo, a Valcheta. Porque de aquí salió un verdadero crack, un fenómeno. Alguien que, de haberlo querido eso que llamamos destino, seguramente habría desplegado su habilidad y potencia en los grandes estadios del mundo…
¿Sabés de quien te hablo, nene? No, no lo sabés. Sos muy tierno. Te estoy hablando de Rubén Bambi Flores, pibe…¡No sabés lo que fue ese muchacho en una cancha!: Veloz, potente, de endiablada gambeta en velocidad, de un disparo potentísimo; dominador de todo el frente de ataque. Con ambas piernas le pegaba…
Te empiezo a contar esto y me estoy llenando de nostalgia, nene…Es que, ¿sabés qué?…comenzamos juntos en Tigre de Valcheta. Teníamos 16 años y ya jugábamos amistosos. A los 17, intervinimos, con Tigre, en la Liga Regional Atlántica, junto a equipos de Valcheta, de San Antonio y de Conesa y en esa competición, salimos subcampeones, y Florcita (que así le llamábamos), salió goleador del torneo. Pronto vino alguien relacionado con Olimpo, de Bahía, y se lo llevaron mediante una transacción con Tigre. El Bambi estuvo algún tiempo en Bahía y luego pasó a Velez Sarsfield, de Buenos Aires. Allí jugó, entre otros, con Carlitos Bianchi, con quien tuvo una buena amistad. Carlitos le llamaba “Valcheta”, y muchas veces le dijo: “¿Cuando me vas a llevar a conocer tu pueblo, Valcheta”. No se dio porque, por algún problema con el gran Osvaldo Zubeldía, debió emigrar.
Pero, ¿sabés, pibe? Me estoy recordando que en un momento lo quisieron llevar a España, Al Real Madrid; y cuando el presidente de su club le dio la noticia y le preguntó si se iría, y que de ser así, vaya preparando su equipaje…Y el Bambi me dijo: “Qué equipaje, si lo que yo tenía era un bolsito así”- El hizo un gesto de pequeñez con las manos y largó la risa…
No pudo ser, porque le fue imposible encontrarse con la documentación que acreditase que su abuelo era español. Y el lugar del Bambi lo ocupó aquel puntero de River, Anzarda.
También lo tentaron para ir a Boca, pero se negó porque dijo que no quería ser suplente de nadie, que él quería jugar y ser campeón.
Por esos tiempos apareció un dirigente del Atlético Regina y lo tentó para llevarlo a Río Negro. La respuesta del Bambi no se hizo esperar: “Voy únicamente para salir campeón, y para eso, hay que llevar también un cinco notable que es el Ruso Strak”…Entusiasmado el dirigente valletano aceptó el desafío y rápidamente convenció al Ruso. Resultado: fueron campeones con el equipo de Regina y pudieron jugar el Nacional, en 1974.
Allí Florcita se hizo tan reconocido que se lo llevó el Atlético Cipolletti, el “Capataz de la Patagonia”, equipo que llegó a jugar seis Campeonatos Nacionales. En uno de los cuales, el Bambi le enchufó un clanflazo olímpico al loco Gatti, que lo dejó mirando el firmamento, en plena Bombonera. Las luchas con el Tano Pernía fueron inolvidables pero, como dijo el Bambi, recias y leales. Fue goleador en el “Capataz”, y en un encuentro contra el Seleccionado Nacional, que se preparaba para el Mundial de 1978, le hizo goles y enloqueció a los defensas nacionales. Al término del encuentro, el Flaco Menotti lo saludó y le dijo: Mire, Flores, yo ya tengo los cinco delanteros para el Mundial, pero si alguno se lesiona, lo voy a llamar a usted…Esas palabras del Flaco, ese reconocimiento, han sido un recuerdo imborrable para Rubén.
Luego siguió su carrera en el Alianza, de Cutral-Có, en donde jugó hasta finalizar su carrera futbolística, y donde luego fue Director Técnico, y fue esa ciudad la que eligió el Bambi para quedarse a vivir. Desde allí, muy seguido venía al pueblo que lo vio nacer y que el tanto quería, pibe…
Y ahora, nene, le tocó la final más terrible al Bambi. Esa pandemia traidora hija de puta, esa que tiene a todo el mundo a mal traer y, aunque la peleó como un león, Florcita, la podrida esa le tiró tantos guadañazos alevosos que consiguió llevárselo.
Ahora, pibe, se fue el Bambi al Reino de los Cielos. Allí, estoy seguro, El Señor lo está esperando con una redonda en una canchita con cesped en donde juegan los más grandes, nene. ¡Los más grandes!
¿Qué porqué esas lágrimas?…Los recuerdos, nene. Remembranzas, cosas de viejo. No me hagas caso…
Bambi querido, déjame un lugarcito para cuando me toque. Quiero que volvamos a jugar juntos, como en el Juventud Unida de nuestra niñez, como en el Juvenil de nuestra adolescencia, como en Tigre. Claro que no te voy a poder seguir el ritmo, pero me contentaré con devolverte algunas redonditas. No te olvides…¡Abrazo enorme!
Daniel Lorca