“Toda persona tiene derecho a la vida, a la libertad, y a la seguridad. Así lo han proclamado la Declaración Universal de los Derechos Humanos (París, Diciembre de 1948) y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (Bogotá, Mayo de 1948 que han sido ratificadas por la Argentina. El Estado debe garantizar estos derechos resguardando la integridad personal, las garantías judiciales, la honra, las libertades de conciencia y de religión, de pensamiento y expresión, el derecho a la nacionalidad, a la libre circulación, a elegir y ser elegido, a trabajar. Estos derechos son indispensables para el hombre y no constituyen un lujo, por eso es que solo se conciben con justicia social”.
“Cuando en un país las personas inocentes son secuestradas, arrestadas, encarceladas, difamadas, torturadas o muertas en razón de sus ideas políticas y carecen además de las libertades esenciales y de protección judicial, no se respetan en él los derechos humanos”.
“El Estado tiene la obligación de respetar los derechos humanos, fomentando la vida política pacífica y ejecutando políticas económico-sociales que posibiliten una vida digna y decorosa”.
“Porque los esfuerzos de un Estado para protegerse a sí mismo no pueden ejercerse negando la dignidad del hombre”.
Los fragmentos precedentes corresponden al libro “Los años crueles” de Hipólito Solari Yrigoyen, en cuya dedicatoria dice: “A Jorge, con afecto”.
En la presentación del libro “Cartas por la vida” del Padre Obispo Miguel E. Hesayne, que también tengo dedicado de su puño y letra, dice:
“Creemos necesario rescatar para la memoria de nuestro pueblo y de la sociedad en su conjunto, las tragedias vividas en el mismo”.
“Creemos necesario poner de relieve las luchas de todos aquellos que en medio de la oscuridad y de la persecución elevaron su voz en defensa de la vida, desde una convicción nutrida en las Sagradas Escrituras”.
“Creemos que no es confiando en que el tiempo trae el olvido y el remedio de los males podemos pensar y realizar ya el destino y el futuro de nuestra Patria”.
Es oportuno en una fecha tan propicia como esta rescatar la siguiente reflexión del Pare Hesayne: “Predico muchísimo el compromiso para cooperar en la construcción de una nueva sociedad y en la civilización del amor. Y esa civilización del amor pasa por la defensa de los derechos humanos, por la preferencia por los más pobres y por la liberación de los pueblos”.
Dedico estas breves reflexiones a la memoria del escritor Rodolfo Walsh
Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta