Los docentes de la Residencia Escolar Nivel Primario N°303 de Pilcaniyeu, encontraron la forma de estar más cerca de sus alumnos en el marco de la pandemia y una vez por semana visitan a los que viven en lugares más alejados y sin posibilidad de participar de la virtualidad.
Un posteo desde el Facebook de la Residencia relatando la jornada en la casa de los chicos con fotos de los pequeños alumnos, fue el puntapié inicial de muchos llamados y mensajes de aliento para con el equipo de docentes. Su directora, Lorena Keller, relató que les sorprendió la respuesta de la gente y que se trata de una experiencia única, el recibimiento de los pequeños y sus familias cuando los visitan para tener sus tareas.
La residencia fue creada el 10 de agosto de 1976, por lo que este año cumple 45 años de trabajo. Lorena explicó que “somos residencia escolar solamente, es diferente a una escuela hogar. Aquí en tiempos normales los chicos se quedan con nosotros por quincena, vuelven un fin de semana y regresan, por lo que prácticamente están aquí todo el mes. Nosotros funcionamos como tutores de los nenes, los llevamos a la escuela que esta a una cuadra y media, y los acompañamos en toda su vida diaria”.
Más adelante, detalló sobre la necesidad de readaptarse a las nuevas circunstancias, y dijo que “con la pandemia todo ha cambiado y mantenemos el vínculo de todas las formas posibles, desde mensajes de texto o avisos sociales en la radio. Este año, viendo que no podíamos arrancar por una cuestión de protocolos sanitarios, continuamos el contacto tratando de fortalecer sus trayectorias escolares”.
“Hicimos muchas propuestas a nuestro Supervisor y conseguimos que el Ministerio de Educación nos traslade con el transporte escolar una vez por semana a las casas de los niños que viven más alejados. Los martes vamos a Paso de los Molles y los viernes a Bariloche, trabajamos en conjunto con la escuela, planificamos con ellos la tarea, llevamos la computadora y mucho material didáctico”, agregó.
Un recibimiento con sonrisas de oreja a oreja
Sobre el recibimiento de los chicos, Lorena contó que “tenemos un recibimiento genial de las familias, la cara de los nenes cuando nos ven llegar, salen de sus casas corriendo con sus mochilas puestas y con una sonrisa de oreja a oreja, es realmente muy gratificante”.
Lorena hace cuatro años que es directora, pero hace 20 trabaja en la Residencia. Con esa experiencia contó sobre la matrícula que “ha bajado a lo largo de los años. Cuando comencé lo normal era tener 45 chicos y hemos tenido hasta 60. Luego de las cenizas fue bajando la matrícula, aunque creemos que fueron muchos los factores. Hay chicos jóvenes que se quedaron en el campo y no formaron familia, otros se fueron a poblados más grandes, y también la planificación familiar cambió, era normal que tuviéramos 5 o 6 hermanitos ahora son 1 o 2”. Sobre la actualidad, mencionó que “tenemos seis nenes, dos hermanitos de Paso de los Molles, debajo del Cerro Mesa. Una nena de Las Bayas, otra de una estancia vecina y dos hermanitos de la zona de Bariloche que necesitan de nuestra ayuda y contención”.
Por último, la directora de la Residencia recordó que “aparte de nuestros niños, trabajamos con nenes del pueblo, en un proyecto de fortalecimiento de trayectoria escolar. Ellos vienen a hacer tareas de forma diaria y van a ingresar más chicos después del receso de invierno. Trabajamos mucho, son tiempos nuevos y uno se tiene que adaptar a eso”.